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ENTREVISTA | Jose Manuel Sánchez de Lorenzo Cáceres, técnico del Servicio de Parques y Jardines jubilado.

Jose Manuel Sánchez de Lorenzo Cáceres: “Es incompatible llamar jardín botánico al Malecón mientras siga siendo un recinto ferial”

José Manuel Sánchez de Lorenzo Cáceres es Ingeniero Técnico Agrícola. Fue técnico del Servicio de Parques y Jardines, lo que le ha llevado a realizar grandes labores por el legado botánico de la Región. En la actualidad está jubilado. Ha escrito numerosos artículos y libros e impartido gran cantidad de cursos y conferencias. Su labor incansable de conservación y de dar a conocer la flora se ve bien reflejada en su página web denominada “árboles ornamentales”, donde, a pesar de la gran cantidad de información que aloja, se recoge tan solo una pequeña parte de su trabajo. Ha sido partícipe de los intentos de recuperación del Jardín del Malecón y elaboró, en 1988, una guía detallada sobre el mismo. 

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Jose Manuel Sánchez de Lorenzo Cáceres | Imagen cedida.

¿Qué le llevó a trabajar en Parques y Jardides de Murcia?

Soy de Tenerife y cuando era pequeño, a mi padre lo destinaron a Cieza y nos vinimos toda la familia. Fue un cambio muy grande ya que por aquella época Murcia era como un pueblo. Estuvimos solo dos años pero estuve muy a gusto en esta ciudad así que, en unas vacaciones, volvimos a visitar a nuestros amigos y conocí aquí a mi mujer. Terminé la carrera en Tenerife pero después dejé toda mi vida allí y me quedé en Murcia. Más tarde, el destino quiso que me incorporara a Parques y Jardines, que era mi ilusión, ya que, desde la carrera, las plantas ornamentales eran mi pasión. Cuando entré, ya me había recorrido todos los jardines de la Región y los había estudiado por mi cuenta. Uno de ellos fue el Malecón. 

 

 

Cuando entró a trabajar en Parques y Jardines, ¿se estaba haciendo por recuperar el jardín del Malecón? ¿Qué falló?

En ese momento ya se había empezado a arreglar el Malecón. Al principio se pensaba hacer un pequeño auditorio, sin embargo, no fue así debido al ruido de la autovía que pasa cerca del jardín. En el año 1985, se construyó un lago que le daba bastante vida al jardín. Pero una vez construido este lago, comenzó a dar muchos problemas de filtración. Quizá el error fue que, por ahorrar dinero, se contrató a una empresa que no estaba especializada en hacer embalses de ese tipo. También se replantaron especies y se colocaron etiquetas informativas pero no se han mantenido en el tiempo. 

 

¿Cuál es su perspectiva sobre la evolución del jardín?

Se han hecho muchas cosas en el Malecón. Se replantaron especies representativas, se pusieron placas de metacrilato y posteriormente códigos QR. Sin embargo, poco más tarde, el estado del jardín entró en decadencia. Se rompieron las placas identificativas y no fueron repuestas. Desapareció gran parte de la colección de especies y, de las que quedaban, muchas estaban en mal estado. En la actualidad, gran parte de los ejemplares siguen muriendo y la presencia de las fiestas que allí se celebran no hacen ningún bien. 

 

¿Cómo percibe el estado y el interés por el Malecón?

No considero que, a día de hoy, el Malecón genere intereses botánicos sino más bien sociales. La prueba más fehaciente es la construcción del bar en el recinto. Para su instalación había un lugar perfecto a pocos metros de donde se encuentra en la actualidad. Este lugar era un terreno de tierra donde no se colocaban ejemplares de plantas. Sin embargo, cada año se colocaba ahí una de las peñas de las fiestas, por lo que se decidió ocupar un parterre de césped y tierra útil aprovechable para la colocación de especies. 

 

¿Qué opina sobre el hecho de que este jardín se haya convertido en un recinto ferial?

Es incompatible el poder llamarlo jardín botánico con la instalación de las fiestas. O se elige una cosa o se elige otra. Las fiestas actualmente tienen prioridad absoluta a pesar de que, de vez en cuando, salgan noticias de replantaciones en el lugar. Con las fiestas no se puede mantener el jardín botánico ya que, no solo ensucia, sino que daña la vegetación. Podemos hablar, por ejemplo, de Erythrina crista-galli, una especie singular en la Región de Murcia y que perdura desde lo que era el antiguo Jardín Botánico. Este árbol ha sido uno de los más dañados debido a la instalación de las casetas y cocinas de las fiestas de Primavera y de septiembre. 

 

¿Se han perdido especies debido a este uso?

Prácticamente todas se han ido perdiendo a lo largo del tiempo. Y, a pesar de que se hayan ido sacando noticias de nuevas replantaciones, se podría decir que la mayoría son falsas o, al menos, se ha hecho principalmente para mantener contenta a la sociedad. Además, no se registran las inclusiones de nuevas plantas y mucho menos aquellas que desaparecen. A lo largo de todos estos años, yo he sido quien ha ido generando un registro por mi cuenta. Antes de irme de Parques y Jardines dejé estos registros, ya que esto puede ser necesario algún día, pero estoy seguro de que nadie los ha consultado. A pesar de ello, siempre guardo todo en mi disco duro. 

¿Se ha pensado desplazar a otro lugar las fiestas?

Claro, pero resulta muy complicado. Se quiso hacer hacer pero en ese momento, la que era presidenta de la Federación de Peñas Huertanas se negó en rotundo, llegando incluso a amenazar con boicotear las fiestas. Como es lógico, política y económicamente esto no se podía permitir. Los tiempos cambian, y este jardín fue lo que fue pero nadie piensa que se deba eliminar las fiestas. Es muy sano tomarse un plato de michirones en las fiestas típicas de la Región. Sin embargo, podríamos disfrutar de ello y de un jardín botánico si se consiguiera cambiar el emplazamiento de las fiestas. Deberíamos tener un lugar preparado y previsto específicamente para estos usos y no dañando un lugar natural y tan preciado.

 

¿Piensa que los nuevos proyectos conseguirán algún día recuperar el jardín botánico?

Quizá algún día, con la política de la mano, se pueda volver a llamar jardín botánico al Malecón. No debemos olvidar que, en realidad, los murcianos tienen lo que quieren ahora mismo, que es mantener las fiestas en este recinto a toda costa, aunque esto signifique provocar los daños tan devastadores año tras año. A pesar de ello, hay que tener en cuenta que las cosas funcionan cuando hay alguien que pone empeño en ello y muestra su entusiasmo. Mientras alguien del nuevo proyecto lo tenga, funcionará. 

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